Durante un tiempo se pensó que había un planeta entre Mercurio y el Sol que se llamaba Vulcano. En 1859 el matemático francés Le Verre dijo que había una serie de irregularidades en la órbita de Mercurio que sólo se podían explicar o bien por una serie de asteroides o bien por la existencia de un planeta.

Y al poco tiempo cuando un astrónomo francés aficionado dijo que había visto pasar un objeto que no conocía delante del sol, Le Verrier dijo que tenía que existir el planeta Vulcano.
Sin embargo, las décadas posteriores se buscó y nunca se encontró.
Ya en 1915 con la teoría de la relatividad general de Einstein, se comprendió que las irregularidades de la órbita de Mercurio se debían a la curvatura del espacio tiempo derivado de la masa del Sol.
Eso no impidió que Volcano siguiera en Star Trek como el planeta origen de Spock, un homenaje a ese planeta misterioso que nunca existió.